Aunque sus comienzos se dieron en las civilizaciones griega, egipcia y romana, el espejo tomó mayor protagonismo desde el siglo XVI en el campo del diseño de interiores. Este elemento proporciona diversas soluciones en decoración. En Aristas te contamos el ABC del uso apropiado para el espejo.
La necesidad de ver la naturaleza desde otras perspectivas, llevó a culturas antiguas a transformar materiales inertes como las rocas volcánicas, el cobre o la plata, en espejos destinados al uso personal. Con el tiempo, este elemento empezó a cobrar importancia en el diseño de interiores, gracias a sus propiedades físicas, creencias religiosas o mitológicas y literarias.
Actualmente, el incluir espejos en la casa, oficina o local, se considera un aporte sostenible al medio ambiente. Esto se debe a la reflexión – propiedad física de este elemento – en grandes o pequeñas superficies; dando paso a la amplificación de la luz natural en espacios cerrados.
Profundidad y luminosidad, este elemento de reflexión es un recurso básico a la hora de decorar. Es ideal para duplicar espacios pequeños como dormitorios, comedores y salas. Lo ideal es ubicarlos frente a las corrientes de luz natural y así reducir el consumo de energía eléctrica en la oficina u el hogar. Si desea sacarle provecho a un dormitorio pequeño, use uno o dos de estos para aumentar su dimensión a nivel visual. También puede ubicarlos hasta el suelo. Gracias a su capacidad reflectiva, un espejo puede simular la luz del sol e iluminar una habitación demasiado oscura. En caso de contar con espacios sin ventanas, el decorar con espejos redondos, llena de vida automáticamente.
Otra de las ventajas en el uso de estos elementos, es el marco. Un espejo puede remontarnos a viejas épocas, estilos arquitectónicos o en su debido caso, personalizarlo según necesidades. En Aristas podrá encontrar espejos de alta calidad, diseño y estilo (retro, moderno, vanguardista, futurista o minimalista). El truco es acertar en la ubicación y funcionalidad del mismo.
Este componente de decoración puede generar diversas sensaciones espaciales, ópticas y mentales. Un elemento simple que invita a la sofisticación y elegancia, de gran frecuencia en galerías de arte, cuyo uso refresca e inyecta belleza a este tipo de lugares.
Una regla de oro es mantener la congruencia entre dimensiones. Si sus muebles de la sala o el comedor son grandes, el espejo debe ser de mayor tamaño. Si es en un dormitorio, el tamaño varía según el ancho de las paredes o los focos de luz con los que se cuente. Recuerde que menos es más, así evita saturar.
La tendencia apunta a los espejos geométricos, ovalados y metálicos. Contrastan perfectamente con pisos en madera escandinava, paredes en color azul navy, neutros o colores tierra y muebles en tonos cenizos.
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